CUIDAR AL QUE CUIDA
Hace un par de meses, coincidiendo con mi estancia en el hospital para alumbrar a mis dos retoños; me publicaron un artículo sobre el cuidado de los profesionales del Trabajo Social, escrito para el espacio que el Colegio de Trabajadores Sociales de Castilla-La Mancha mantiene en varios períodicos de la región.
La iniciativa del Colegio; "Hablemos de Trabajo Social", pretende acercar esta bonita profesión a los castellano-manchegos, con publicaciones periódicas de los diferentes profesionales de la región.
La iniciativa del Colegio; "Hablemos de Trabajo Social", pretende acercar esta bonita profesión a los castellano-manchegos, con publicaciones periódicas de los diferentes profesionales de la región.
Así, antes de que mi vida diera un vuelco de 180 grados, me animé a escribir una pequeña aportación para dar a conocer los riesgos psicosociales que conlleva nuestra profesión.
Por fin encuentro el momento para conciliar vida familiar y profesional, y poder haceroslo llegar, para que también podais opinar sobre el mismo.
Importancia
del cuidado del Trabajador Social como principal recurso de ayuda
En
una profesión como el Trabajo Social, basada en la relación de ayuda, donde las
capacidades y aptitudes del profesional deben ser las principales herramientas
de la intervención social, y el establecimiento del vínculo interpersonal es
determinante; parece evidente que el esfuerzo de las instituciones se destine a
cuidar estos recursos personales, facilitando los soportes necesarios para
mejorar su formación y capacidades, y reducir los factores de riesgo que puedan
afectar a su estado emocional, cognitivo, fisiológico y de comportamiento.
Sin embargo, tanto las instituciones como los propios
profesionales aún no somos del todo conscientes del riesgo que conlleva el no
cuidarnos, tanto a nivel personal como a nivel profesional, cuando los
servicios ofrecidos se destinan a mejorar el bienestar social de las personas
atendidas.
Los trabajadores sociales desarrollamos
nuestra intervención diaria en un contexto social lleno de incertidumbres donde
el aumento de las desigualdades y la vulnerabilidad social, genera cada vez más
sectores de población que demanda ayuda para hacer frente a sus dificultades y
no caer en situación de pobreza y exclusión social, o para salir de las mismas.
Gran
parte del trabajo es escuchar activamente las demandas y problemas de otros durante
horas, días y años; lo que influye de manera muy directa sobre la vida
personal, familiar y profesional del trabajador social. Si bien, pocos son los recursos de apoyo y la
documentación existente sobre los riesgos psicosociales de los Trabajadores
Sociales, cómo prevenirlos y cómo tratarlos.
Por ello, la escasez de recursos, los dilemas
éticos a los que nos enfrentamos y, en ocasiones, la falta de apoyo estratégico
de las instituciones, nos genera una sobrecarga emocional y laboral, así como
sentimientos de incomprensión ante la falta de apoyo y recursos para desarrollar
nuestro trabajo; generando situaciones de frustración y queme profesional,
convirtiendo el trabajo en una prisión, lo que puede llevarnos a no prestar una
intervención de calidad, lo que afecta directamente al bienestar de las
personas que intentamos ayudar; así como a sufrir nosotros y nosotras mismas enfermedades
psicosociales, bajas laborales e incluso abandono del trabajo.
Es importante que, tanto las organizaciones
como los profesionales, reconozcamos la necesidad de reflexionar sobre aquello
que se hace, como instrumento de mejora continua; así como la necesidad de incorporar
estrategias de apoyo para aumentar el desarrollo personal y profesional,
considerando a los profesionales del Trabajo Social como un valor en alza para
la sociedad.
Si bien, como reflejan diferentes estudios y
autores, a los trabajadores sociales (igual que a otros profesionales de la salud y
el bienestar) nos cuesta reconocer que sufrimos desgaste y que tenemos que
aprender a pedir ayuda. Necesitamos reconocer que las diferentes etapas del
ciclo vital por las que todos pasamos al igual que situaciones de enfermedad
nuestras o de nuestros familiares más cercanos, situaciones de incapacidad, o
muerte de un ser querido; necesitan que nos paremos para elaborar lo sucedido y
darnos un tiempo para retomar con nuevas energías nuestra vida y poder
continuar ayudando a los demás de forma positiva.
Como señala Carmina Puig (2011),
las organizaciones y los profesionales deben destinar los recursos suficientes
para evitar el grave riesgo que comporta no atenderse y no cuidarse; por
rentabilidad económica, por razones de prevención ante el desgaste y la no
implicación en la organización, así como por razones de calidad del servicio
que se ofrece a las personas.
Dicha responsabilidad se refleja en diferentes
normativas y códigos éticos, como por ejemplo en la Declaración de Principios
de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS) aprobada en 2004,
la cual recoge la obligación de los trabajadores sociales de hacer lo necesario
para cuidar de sí mismos profesional y personalmente en el lugar del trabajo y
en la sociedad, para asegurarse de que puedan ofrecer los servicios adecuados.
Así mismo, las diferentes Leyes de Servicios Sociales
aprobadas en nuestro país en los últimos años recogen la importancia del factor
humano dentro de los servicios sociales, haciendo referencia en todas ellas al
derecho de apoyo a los profesionales, como metodología de mejora de las propias
organizaciones, cuyo fin último es el aumento de la calidad del servicio
prestado a las personas.
Por
todo ello, ha de promoverse el interés por ayudar al que ayuda, dotando a los
profesionales del Trabajo Social de herramientas y de mayores competencias para
enfrentarse a las dificultades que se presentan en el día a día de la
intervención social.
Herramientas
y recursos como pueden ser: comisiones deontológicas, servicios de supervisión
de apoyo, formación continua, talleres de coaching, refuerzo de equipos de
trabajo e implementación de la figura de coordinador de equipo, reorganización
de los tiempos de trabajo, y por supuesto, inversión pública en los recursos de
bienestar social.
En
un momento como el actual, en el que las restricciones presupuestarias hacen
que los profesionales de la acción social emerjan con más valor, si cabe,
presentándose como el principal recurso de las instituciones; se hace
imprescindible el cuidado y apoyo de los profesionales, convirtiendo la crisis
en una oportunidad para la formación y el bienestar de los trabajadores
sociales, lo que sin duda repercutirá directamente en la calidad de los
servicios prestados y el bienestar de la ciudadanía a la que dirigimos nuestros
servicios.
Publicado en los siguientes medios:
- El Diario: http://www.eldiario.es/clm/palabras-clave/Cuidar-cuida_6_633146680.html
- TuAlbacete: http://tualbacete.com/cuidar-al-que-cuida-importancia-del-cuidado-del-trabajador-social-como-principal-recurso-de-ayuda/
- La Cerca: http://www.lacerca.com/noticias/articulos_opinion/cuidar-cuida-359971-1.html
- Tarancón Digital: http://www.tarancondigital.es/importancia-del-cuidado-del-trabajador-social-como-principal-recurso-de-ayuda/
- ClM24: http://www.clm24.es/opinion/colegio-trabajo-social/cuidar-al-que-cuida/20170417083515154974.html
- El Diario: http://www.eldiario.es/clm/palabras-clave/Cuidar-cuida_6_633146680.html
- TuAlbacete: http://tualbacete.com/cuidar-al-que-cuida-importancia-del-cuidado-del-trabajador-social-como-principal-recurso-de-ayuda/
- La Cerca: http://www.lacerca.com/noticias/articulos_opinion/cuidar-cuida-359971-1.html
- Tarancón Digital: http://www.tarancondigital.es/importancia-del-cuidado-del-trabajador-social-como-principal-recurso-de-ayuda/
- ClM24: http://www.clm24.es/opinion/colegio-trabajo-social/cuidar-al-que-cuida/20170417083515154974.html
Comentarios
Publicar un comentario