PLAN DE ACCIÓN
“Un objetivo sin un
plan, es solo un deseo”. Antoine de Saint-Exupéry
Hace
un tiempo, en una de esas épocas que andaba yo un tanto sobrecargada de trabajo
debatiéndome en si continuar luchando contra el queme o directamente abandonar
y dedicarme a otra cosa; antes de tirar definitivamente la toalla, y habiendo
caído en mis manos como de forma premonitoria la información de un Taller de
Coaching, opté por quemar ese último cartucho y asistir.
Ante
la sensación de pérdida y ahogo que tenía en aquellos meses, en los que de un
equipo de trabajo de 6 profesionales, por diversas situaciones personales,
problemas y accidentes, solo quedaba yo para hacer frente a la atención de 3
zonas de trabajo y un total de 35 municipios, de entrada el título de una
taller denominado: “Habilidades, Autonocimiento y Coaching para la Vida” me
ofrecía un pequeño respiro para intentar reorganizar mi cabecita y decidir si
quería seguir inmersa en esa horrible vorágine.
Lo
cierto es que en aquel momento, cualquier pequeña salida me hubiera parecido
buena, (incluido el diazepam).
¿Eres
una de esas personas que tiene muy claro lo que siente, quien es, y hacia dónde
se dirige? ¿Lo tienes tan claro que no te permites ni una pequeña duda que
pueda desequilibrarte? ¡Pues ni se te ocurra asistir a este tipo de talleres!
Porque
si no andas perdido, te vas a perder. Todos tus cimientos van a ser removidos.
El Coach, (así como de buen rollo) le va a pegar tal bofetada a tu yo interno
que si no andabas desequilibrado por la vida, lo vas a andar.
O al menos esa fue mi sensación durante todo el fin de semana que duró el
taller. Incluso anduve perdida los días y semanas posteriores. Hasta que por
fin, conseguí recolocar cada libro en su estante, como me había enseñado
durante el taller el coach. Parecía increíble, pero tal y como había indicado
durante el taller, conseguí meterme bien dentro de mi misma y reorganizar
muchos de los aspectos que tan descolocada me tenían. Las prisas, la
sobrecarga, la ansiedad y el estrés, habían conseguido que perdiera totalmente
el rumbo, hasta el punto de querer abandonar mi trabajo.
¿Por
qué recomendaría un taller de Coaching o el apoyo de un Coach? Pues porque por mucho que pensemos lo
contrario, no siempre somos capaces por nosotros mismos de encontrar y orientar
nuestro camino.
A
menudo, tendemos a olvidar nuestras propias capacidades. Puede resultar irónico
que unos profesionales que nos dedicamos a potenciar precisamente las
capacidades en el otro, no tengamos siempre claro cuáles son nuestros mejores recursos
internos para trabajar y luchar día a día. Pero así es. En ocasiones el
trabajo, el papeleo y la sobrecarga, hace que nos olvidemos que la mejor
herramienta de trabajo somos nosotros mismos, y que somos trabajadores sociales
porque tenemos capacidades, fortalezas y una fuerte resiliencia que nos hace
trabajar cada día por mejorar el entorno que nos rodea y la vida de las
personas con las que trabajamos.
Pues
bien, una de las herramientas que me dio mi coach, y que paradójicamente, no
era desconocida para mí, fue: “el Plan de Acción”.
En
nuestro trabajo, todos los días elaboramos planes de acción con las personas y
familias con las que intervenimos. Si bien, nunca me había parado a escribir mi
propio plan de acción.
¿Básico?
¿Seré yo la única que nunca hizo algo así? ¿Seré peor profesional o persona porque
nunca había visto necesario meditar sobre mi propio plan y ponerlo por escrito?
De
una manera o de otra, estaba claro que por mucho que creyera que sabía hacia
donde me dirigía, había llegado a un punto en el que no tenía ni idea de para
qué servía cada paso que daba.
Y
es que el andar siempre corriendo de un lado a otro, con la cabeza llena de las
preocupaciones y problemas de mis propios usuarios, de los plazos de los
recursos con los que puedo ayudarles, con horarios interminables, y con una
difícil, y en ocasiones, imposible conciliación de la vida personal
y laboral; genera que llegues a olvidar las razones por las que decidiste
dedicarte a esto, y sin querer reconocerlo, comiences a actuar mecánicamente, e
incluso llegues a sufrir tu propio “despido interior” y tu trabajo acabe convirtiéndose
en una prisión.
¿Cuántos
de vosotras y vosotros os habéis sentado y habéis escrito el vuestro propio?
¿Cuántos de vosotras y vosotros habéis empezado dedicando un rato a analizaros
bien por dentro y rellenado vuestro propio DAFO?
Tal
vez lo hicisteis en algún momento mientras estudiabais la carrera. Tal vez
habrá aplicados trabajadores sociales leyéndonos, que lo hicieron al iniciar la
búsqueda de su primer trabajo, e incluso estén aquellos que de vez en cuando
dedican un tiempo de meditación y lo revisan.
Si
bien… me atrevería a decir que la mayoría, creemos tener claro cuál es nuestro
rumbo, nuestras capacidades, nuestras fortalezas y nuestras debilidades, pero
si nos dan un papelito para plasmarlo, necesitamos unas cuantas horas para
rellenarlo y al final acabamos rellenado más ítems en el apartado de
debilidades y cuestiones a mejorar que en el de fortalezas y capacidades.
¡Somos
así de positivas compañeras!
Tal vez ahora quieras dedicar unos
minutos a hacer tu DAFO personal.
Una
vez tengamos hecho nuestro DAFO personal, necesitamos dedicar un tiempo para
organizarnos e ir averiguando cuáles son los caminos que vamos a seguir, para prevenir
el despido interior, el queme profesional, y para alcanzar los objetivos que
nos propongamos sin que medie ningún fenómeno sobrenatural, como nos insinuaban
en un libro que podríamos decir se hizo viral hace unos años, donde nos daban el
secreto para conseguir todo aquello que nos propusiéramos con tan solo
desearlo.
Como
ves, es sencillo plantear tu propio Plan de Acción. Se sincero y planifica tus
objetivos teniendo en cuenta los obstáculos y limitaciones que puedes encontrar
para alcanzarlos; los recursos de los que dispones; las actuaciones que tendrás
que llevar a cabo para alcanzarlos; y por último, debes plantearte cuanto
tiempo dedicarás a alcanzarlos y cómo vas a evaluar su consecución.
Ten
en cuenta, que los objetivos han de ser realistas y alcanzables, si es posible,
a corto plazo. Debes enunciarlos positivamente, y plantear todas las acciones
que deberás llevar a cabo para conseguirlos.
Yo
intento planteármelos de 3 en 3: dos de ellos han de estar vinculados a mi
desarrollo personal y el tercero está relacionado con mi desarollo profesional. Si bien, generalmente
unos y otros se encuentran conectados.
Por
supuesto, nunca abandones el camino marcado por el Plan de Acción al no ser que
sea para revisarlo y reorientarlo.
Tenlo
en un lugar visible, donde poder revisarlo cuando te sientas perdida o perdido, y
anota las acciones que vas desarrollando y concluyendo, y que te acercan más a
tu objetivo. Eso ayudará a que encuentres mayor motivación para llegar donde te has
propuesto,sin riesgo a perderte o abandonar por el camino.
Recursos y webs donde profundizar sobre esta información:
- Angel Coach > http://angelcoach.es/
- Recursos > https://es.pinterest.com/cjmcems/
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