YOGA PARA EL CUIDADO DEL TRABAJADOR SOCIAL
“La naturaleza nos ha
proyectado para que podamos vivir toda la vida de forma saludable. El ser
humano se empeña a menudo en vivir de forma contraria al camino que la
naturaleza le ha trazado y por eso enferma; la única forma de sanar es haciendo
que el organismo vuelva a su condición natural”. (Keizo Hashimoto)
En los
últimos años hemos asistido al auge de esta disciplina milenaria, el Yoga, que
busca equilibrar y armonizar el cuerpo, la mente y las emociones.
Para lograr dicho equilibrio, el yoga utiliza el movimiento, la
respiración, la postura, la relajación y la meditación, con el fín de establecer un enfoque saludable,
vibrante y equilibrado de la vida.
El sistema de yoga más practicado actualmente en
occidente se conoce como Hatha
Yoga; modalidad del yoga que hace hincapié en la práctica de las posturas (conocidas como asanas), las técnicas
de respiración (o pranayama) y la meditación (o Dyana), buscando equilibrar los diferentes
flujos de energía dentro del cuerpo humano.
Debido a que su práctica se adapta a todas
las edades y formas físicas, cada vez son más las personas que
hoy en día se acercan a la practica del Yoga.
¿Cómo
puede beneficiar la práctica del Yoga en el autocuidado del Trabajador Social?
El Trabajador Social en su práctica diaria, trabaja en un entorno de sufrimiento, de
frustración, dolor emocional y de rabia, ante el cual se requiere del profesional
habilidades que permitan el acercamiento a la persona desde la comprensión, la
empatía, y el autocontrol emocional, favoreciendo el
cambio y mejora de la situación de la persona que solicita la ayuda.
A pesar de
que el trabajador social suele desarrollar su labor en equipos de
trabajo, la realidad laboral es que, en la mayoría de los casos, la intervención
se realiza a nivel individual, con escasez de recursos de apoyo, bajo la presión tanto del propio individuo que demanda la ayuda,
como de la institución desde la que trabajamos.
No existen
suficientes espacios de coordinación, ni de reflexión donde el profesional
pueda elaborar su propio proceso de revisión de la intervención realizada y de análisis
de las implicaciones emocionales en la misma, favoreciendo la toma de autoconciencia
y autorregulación, y disminuyendo los factores de estrés.
Es por ello que estas
intervenciones no siempre son gratuitas para el trabajador social, y si no nos
encontramos vigilantes e incorporamos técnicas de autocuidado tanto en nuestra
práctica profesional como fuera de ella, corremos el riesgo de que dichos entornos nos provoquen
un desgaste a nivel personal llevándonos a sufrir enfermedades psicosociales de
las que ya hemos hablado con anterioridad.
Ya en 2004,
el Código de Ética de la Federación Internacional de Trabajadores sociales,
señalaba el deber de los trabajadores
sociales de hacer lo necesario para cuidar de sí mismos, profesional y
personalmente en el lugar de trabajo y en la sociedad, para asegurarse de ofrecer
los servicios adecuados.
Tal y como
señala Antonio Galindo
Lucas, necesitamos aprender a ESCUCHAR-NOS y entender las señales emocionales
y, por otro lado, aprender a regular su intensidad para no perder nuestros
objetivos y autodominio.
La
verdadera inteligencia emocional consiste en la capacidad para ENTENDER Y ATENDER
el significado de las emociones propias y ajenas y, a la vez, mantener la
capacidad para dirigir nuestra conducta por medio de valores y objetivos, no de
impulsos.
Por
ello, debemos cultivar la atención plena y la autoconciencia, tanto para
mejorar el autocuidado como para permanecer emocionalmente disponibles en
situaciones muy estresantes, manteniendo el equilibrio necesario para poder
continuar ayudando sin enfermarnos.
Y es por eso que la práctica del yoga
puede favorecer el desarrollo de
nuestra capacidad de relajación para
lograr estados de calma y recuperar la energía
perdida, y de nuestra capacidad de meditación para
aprender a manejar la mente, ganando enfoque y atención.
En definitiva, conduce al equilibrio del ser humano como conjunto de cuerpo, mente y alma,
cubriendo tanto la necesidad física,
a través de la salud, como la psicológica, a
través del autoconocimiento, y la espiritual con la
paz interior.
Por todo ello, parece interesante
incorporar el Yoga a nuestras vidas para favorecer nuestro autocuidado como
profesionales del Trabajo Social.
¿Dónde
puedes encontrar más información?
- Escuela Internacional de Yoga:
- Pranamanas Yoga Terapéutico:
- Yoga terapéutico Sevilla:
Hola Carolina, acabo de descubrir tu blog, porque al igual que tú, soy Trabajadora Social y Yoguini. Quiero escribir el Trabajo final de formación de yoga, sobre los beneficios del Yoga para los Trabajadores Sociales. No sé si has escrito alguna cosa más, o te gustaría compartir. Gracias!
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